Recomendación de En Busca de Klingsor, de Jorge Volpi

Un tema que se ha tratado relativamente poco en la narrativa contemporánea es la historiografía de la ciencia.  Después de que en años recientes la ciencia y la tecnología han ido corroborando una a una las pesadillas soñadas a mitad del siglo XX por los autores de ciencia ficción, se puede decir que el género ha perdido importancia en los círculos “cultos” de lectores. Al parecer, elementos como la ficción literaria, el enfoque humanista o la reflexión filosófica parecen estar completamente disociados de la búsqueda del conocimiento a través del método científico, de la obsesión del ser humano en llegar a la explicación de los fenómenos naturales y así entenderlos a través del experimiento y/o el razonamiento. En este sentido la novela En Busca de Klingsor da una vuelta de tuerca muy interesante ya que, sin caer en los clichés en los que se quedó la ciencia ficción, desvía el camino hacia la trama de suspenso basada en la búsqueda documental de la verdad, en los tiempos de la carrera por la bomba atómica.

En la novela de Volpi se pretende una ruptura de esta barrera, combinando el drama humano y la trama novelística con la ciencia y la razón en sus formas más avanzadas. Y si bien usamos la palabra pretensión, no es porque la novela no llegue a esa integración de los elementos, sino más bien porque el tema es tan amplio y apasionante, que bien podría conformar un nuevo género literario.

En lo personal, y con el transfondo de una educación físicomatemática, la novela tuvo un enorme valor. Como hace mucho que concluí mis estudios de ingeniería, el recordar los nombres de Planck, Bohr o Shrödinger me transportó a aquellas épocas en las que pasábamos horas repasando y tratando de entender sus grandes aportaciones al campo de la física como la conocemos hoy en día. Pero al mismo tiempo, el haber tomado la distancia que dan los años y algunas experiencias vividas, disfruté de la lectura con esa cierta inocencia del lector poco versado, misma que me permitió valorar más el componente humano de la obra.

El contexto histórico de la novela son los últimos tiempos del nazismo en Alemania. Este contexto, a pesar de ser abordado por un mexicano, resulta completamente verosimil, y denota un gran soporte historiográfico y documental, mismo que convence plenamente. En él, se le econcomienda a un joven teniente americano, Francis P. Bacon, hombre de ciencia con preparación académica en la Universidad de Princeton, una misión especial de guerra que sólo puede ser llevada a cabo por alguien que hable el idioma de la física: la de encontrar a un obscuro personaje que aparentemente fungió como cerebro y censor de los proyectos de la Alemania de Hitler, conocido con el pseudónimo de Klingsor. 

Pero, ¿quién es Klingsor? A ciegas y con tan solo escasas referencias sobre la mención de este nombre, el teniente Bacon recurre a uno de los pocos personajes que vivió en carne propia el florecimiento y ascenso de la ciencia Alemana de la época, siendo disidente y condenado a muerte por los atentados contra el Furer a inicios de 1944, de nombre Gustav Links. 

Paralelamente a la investigación documental y a la búsqueda de este cuasi-hetéreo villano, existe el mito de Klingsor (mismo que lleva a explicar el pseudónimo), extraído del poema épico de Wolfram von Eschenbach y que inspiró la ópera monumental Parsifal de Richard Wagner. El entendimiento de la trama del poema medieval es un elemento crucial para llegar a la verdad. La realidad de la época se funde con la leyenda, abriendo las posibilidades a interpretaciones delirantes.

El camino no será fácil y para recorrerlo, los investigadores tienen que recurrir a intrincados diálogos e interacciones con algunas de las mentes más legendarias del renacimiendo científico del siglo XX: Werner Heisenberg, Max Planck, Erwin Schrödinger, Albert Einstein, Johannes Stark, John Von Newmann, Niels Bohr y Kurt Gödel, por mencionar algunos, son los actores de esta compleja trama de verdades ocultas o a medias. Para llegar a la verdad hay que entrar en las pugnas y aportes de cada uno de ellos en el ámbito científico. ¿Ambicioso proyecto de novela?, puede ser, pero no por eso deja de ser  una encantadora idea.


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