La Exploración de la Ruta Puuc


Descubrir el mundo Maya es una experiencia que se puede vivir muy pocas veces en la vida y tratar de describirla algunos meses después es, además de un interesante experimento de la memoria, una reconstrucción del viaje a partir de las impresiones más notables.

Por todos es conocido que Yucatán aloja una compleja red de asentamientos Mayas, interconectada por los sacbés (calzadas o caminos) que nos enseñan el avance de esta cultura en cuestiones de comunicación e intercambio comercial. La expedición inicia justo donde inician las pequeñas elevaciones al sur del Estado, en la ruta Puuc o “ruta de las colinas”. Esta conforma un grupo de ciudades en los cuales se destaca uno de los estilos más puros del arte y la cultura de esta civilización.

Aunque en los extremos de la ruta existen ciudades impresionantes como lo son Chichén Itzá en Yucatán, por un lado, y Edzná en Campeche por el otro (que ya serán motivo de futuras publicaciones), las ciudades que conforman propiamente la ruta son cuatro: Labná, Sayil, Kabáh y la monumental Uxmal. En estas ciudades se observa un estilo arquitectónico rico en detalles. Todavía en las ciudades de la ruta Puuc no se observan influencias del centro como en Chichén Itzá, por lo que estilo de decoración Maya es mucho más sobrecargado y puro.


Cuando uno sale en auto desde Mérida, las guías turísticas suelen recomendar la ruta Puuc para hacerse en un día… Nada más falso que esto. Estando allá nos dimos cuenta que cada sitio se deja disfrutar un buen rato y ocupa áreas extensas, por lo que la recomendación es visitar primero Sayil, Kabáh y Labná en un día, y dejar Uxmal para otro. Uxmal es el sitio más cercano a Mérida, pero también es el más grande y el que lleva más tiempo explorar.


Con nuestro sombrero al estilo Indiana Jones de los viajes o con el clásico Panamá comprado “barato” en Mérida o en Campeche, con unos zapatos cómodos y una buena guayabera o camisa de manta que nos permita sobrevivir al calor inclemente de la Península. Saliendo de Mérida emprendemos la marcha hacia el sur, en el pueblo de Ticul, el cuál resultará una útil escala para comer al final del recorrido, y de ahí bajamos aún más hacia Oxkutzcab. A 5 Kms de este pueblo llegamos a la primera escala de la ruta, las Grutas de Loltún (la flor de piedra).

Unos antiquísimos grabados en la entrada de la gruta nos recuerdan que este lugar sirvió como refugio de los mayas hace algunos ayeres, pero todavía más antiguas resultarán algunas pinturas rupestres que se encuentran en el interior. Siempre adentrarnos a estas galerías de roca y agua resulta fascinante, más allá de las formas de las rocas “sugeridas” por los guías en donde siempre habrá una Virgen de Guadalupe, un Cristo o un perfil de Agustín Lara, uno puede echar a volar la imaginación y perder la vista en esos obscuros laberintos encontrando todo tipo de formaciones dantescas.


Dentro de esta Flor de Piedra de 2 Kilómetros, hay un lugar muy peculiar: dos columnas que se han formado de forma paralela en una galería, producen sonidos profundos y vibrantes cuando se tocan… sonidos que parecen ecos de voces del pasado.




Saliendo de la caverna de Loltún está la desviación y recorriendo más de 25 Km dentro de un pequeño y desolado camino, llegamos al centro ceremonial de Labná, que significa “La Casa Vieja”. Es el sitio quizás más pequeño del recorrido pero uno de los que más se nos queda en la memoria por dos factores: es el primer conjunto Maya que encontramos en la ruta, descubrir por primera vez esos mascarones de Chaac que adornan la fachada del palacio principal resulta toda una experiencia, es en ellos que descubrimos la calidad de los detalles de los relieves de la zona Puuc. El segundo factor y tal vez el más notable, si uno camina desde este palacio atravesando un sacbé que cruza todo el sitio, de repente se ve ante un portal monumental… el tiempo se ha encargado de convertir este portal en el famoso arco de hoy en día.

El arco de unos 6 metros de alto se conserva casi intacto, con todo el detalle de las ornamentaciones laterales de sus períodos de esplendor… sin duda que es un lugar que deja con la boca abierta a cualquiera. En Labná hay algunos conjuntos adicionales, sobre todo destaca el mirador que se encuentra enfrente del arco, con la crestería que caracteriza la arquitectura maya.








Continuando con la ruta llegamos a Sayil o “el Lugar de las Hormigas”. Caminando desde la entrada al sitio, lo primero que se observa es el impresionante Gran Palacio, una mole de estructura escalonada de 3 niveles. Gran parte de un ala de del Palacio no ha sobrevivido al paso del tiempo, sin embargo el ala que da a la entrada del sitio se conserva muy bien.

El decorado de la estructura del Palacio de Sayil no es tan detallado como el de Labná, sin embargo se observan en el segundo nivel varias entradas divididas por columnas redondas, destacando el gran friso de columnas y mascarones de Chaac que se extiende por encima de las puertas. Junto a los mascarones de Chaac hay representaciones del dios Descendente y del lagarto Celeste. Según se observa, la alimentación de agua de fuentes exteriores era muy escasa, por lo que al igual que en toda la zona, el sitio cuenta con un sistema de Chultunes o pozos de los que se extraía el vital líquido. Un dato curioso es que se ha encontrado un chultún interior en este palacio.





Caminando a varios metros del Gran Palacio llegamos a mirador muy similar al que hallamos en Sayil y que se eleva sobre el resto del conjunto. Este mirador presenta un estilo Puuc primitivo con unas crestas muy altas y delgadas.

El viaje en este punto va tomando un tono ascendente… cada uno de los sitios que se van recorriendo son más y más impresionantes. Por las referencias que tenemos de Uxmal, sabemos que será un gran sitio, pero lo que nadie nos advirtió es sobre la majestuosidad y grandeza de Kabáh, “el Gran Señor de la Mano Fuerte”. El conjunto central de Kabáh es tan monumental como los de Uxmal o de Chichén Itzá, sin embargo la configuración de este sitio es tal que no esto no resulta muy evidente cuando se ingresa, y es conforme se va avanzando que se van encontrando las maravillas.

Subiendo las escaleras de la primera construcción monumental, llegamos a una explanada que se ha cubierto de un poco de pasto… conforme avanzamos en los últimos escalones, vamos descubriendo paso a paso la estructura central, con una fachada similar a las de los Palacios de Sayil y Labná pero cubierta de cientos de máscaras de Chaac que conforman un tapiz de relieves y formas simétricas. Este decorado se conoce como Codz Popz o “La Estera Enroscada”. Las máscaras de Chaac cubren las paredes, dejando algunos huecos que se han descubierto por el paso del tiempo. Se observan también las piezas del Dios por los suelos del Palacio, listos para ser insertados nuevamente en su lugar como resultado de algún trabajo futuro de restauración.





Rodeando el tapiz de Chaacs de la fachada, uno descubre una nueva sorpresa: en la cámara trasera hay un portal, en cuyos laterales, se observan grabados donde se observan guerreros encarándose y también sacrificios ceremoniales. Después de recuperarnos del impacto de estas imágenes, uno va subiendo la vista, en la parte superior del mismo portal se encuentran dos enormes guardianes de piedra. Estos guardianes no son ni relieves ni mascarones, son cuerpos completos en tres dimensiones, algo completamente inusual en los centros mayas. La perspectiva desde abajo hace de esos dos guardianes del tiempo más impresionantes. Ahí están acechando, esperando a que nuestra civilización invasora desaparezca para volver a reinar en sus tierras... tienen mucho tiempo. Tristemente estos guardianes no son los originales, ya que estos se encuentran lejos de casa, uno en el Museo Arqueológico de Yucatán y otro en Nacional de Antropología.



 A un lado del Palacio de las Máscaras se encuentra un grupo de edificios que integran la plaza principal donde se oficiaban los grandes eventos ceremoniales. Al final de esta plaza se encuentra el edificio principal, que consta de unas 30 habitaciones muy similares a los demás de la ruta, con los clásicos portales coronados por un alero, aunque e esta ocasión echaremos de menos la coronación del alero con las imágenes de Chaac, al parecer todas las máscaras se acabaron con la decoración del primer edificio.



El sitio de Kabáh se encuentra dividido por la carretera, y cruzando hay otro elemento notable de este sitio, el gran Arco Monumental. Para visitarlo, se necesitan caminar unos 500 o 600 metros. En este momento del viaje el calor y las caminatas son pesadas, por lo que estas caminatas van costando cada vez más. Es típico de las ciudades en la Ruta Puuc su gran extansión, algunas de ellas se llegan a extender por Kilómetros.


El último punto de la ruta, ya sea viajando al norte de regreso a Mérida o en visita dedicada sólo a este punto se encuentra Uxmal o “la tres veces construida”, última escala de la ruta. Uxmal deja una huella indeleble en la mente, si grandeza es comparable con Tehotihuacán, Palenque o Chichén Itzá, pero el detalle y la pureza y el detalle de sus estilos arquitectónico y escultórico la hace única.

Bueno, la experiencia inicia desde antes de entrar al sitio. En la entrada se encuentran algunas artesanas vendiendo ropa de manta… haciendo una publicidad gratuita a las Señoras, la calidad de las guayaberas y vestidos típicos es buenísima y los precios muy similares a los del mercado de artesanías en Mérida, así que si uno pasa por ahí, seguramente se llevará algo puesto.

La entrada al sitio está ubicada en un lugar peculiar, justo a las espaldas de la Gran Pirámide del Adivino. Cuando uno entra ve esta gran mole como si fuera la espalda de un gigante sentado. De este punto la pirámide se ve como una joroba irregular con una pared prácticamente lisa que se extiende hacia el cielo. Del otro lado de la pirámide se encuentra lo interesante: una gran escalera flanqueada por mascarones de Chaac con una pendiente muy pronunciada que remata en el pórtico de entrada a la pirámide, un templete de forma rectangular con un detallado fino decorado de máscaras es el marco ideal para ingresar a los intestinos de esta gran mole de piedra. Actualmente este acceso está restringido a los turistas.



Es curioso, pero al llegar a la pirámide nos encontramos un conjunto de gente trabajando en los trabajos de restauración de una de las caras laterales del monumento. Esta gente se encontraba pegando la piedra con las mismas técnicas con las que se hicieron originalmente, haciendo la cal a partir de troncos carbonizados. Se encontraban trepados en la pared de roca con escaleras hechas a base de maderos rústicos de la zona. Estando en este Yucatán uno se da cuenta que la civilización Maya está más viva que nunca. Tal vez la ausencia de agua y la ocupación de grupos invasores hicieron que las comunidades mayas se reagruparan, se desplazaran y dejaran estos grandes centros ceremoniales, sin embargo, esto no quiere decir que haya desaparecido como muchas veces se nos ha hecho creer en diversos textos. Los rostros, los rasgos y las miradas nos hablan de siglos y siglos de memoria, y cuando vemos postales como la de estos nuevos mayas reconstruyendo sus monumentos milenarios, nos queda claro que estas sociedades siguen ahí como siempre.



Caminando por el costado lateral del Adivino y hacia la parte sur del sitio llegaremos al increíble Palacio del Gobernador, un monumental edificio representativo de la cultura Maya Puuc. Los típicos mascarones se hacen presente de nuevo, pero en esta ocasión el relieve se encuentra casi en perfecta conservación y nos permite admirar la simetría del edificio. En medio, se encuentra la imagen de un gran Gobernante que da el nombre al sitio, y en los laterales existen arcos rematados en formas triangulares que caracteriza el estilo arquitectónico maya. Este edificio, por la calidad de su ornamentación y por la perfección con que se ha conservado, se convierte en una referencia obligada.




En la plaza del Gobernador, existe una figura simimar a Chaac Mol pero con rematado por dos cabezas felinas, que muy probablemente era una base de sacrificios.

También desde el mismo Gobernador se observa a un costado una enorme pirámide que ha sido remodelada con técnicas muy modenas, perdiendo un poco el estilo original. De este edificio se destaca la enorme escalinata que permite llegar a una vista panorámica de todo el sitio. También desde ahí se ve con claridad la curiosa forma de la llamada "Casa de las Palomas", un singular conjunto de crestas corona el edificio de forma alargada, de tal forma que se observan a manera de curiosas jorobas. De las palomas en adelante, es terreno todavía inexplorado.




Otro conjunto notable de Uxmal es el Cuadrángulo de las Monjas, nombre muy desafortunado desde mi punto de vista, simplemente porque asemeja a la forma de los patios de un convento. En realidad no existe ni una relación y ya quisieran tener los conventos cristianos la grandeza y calidad de todo el arte expresado en este sitio. Cada uno de los cuatro edificios del Cuadrángulo se deja disfrutar con calma, admirando desde las serpientes emplumadas que extienden de forma continua de lado a lado de uno de los edificios, los mascarones representando dioses con vistosos y complejos penachos, los dioses descendentes y las múltiples formas geométricas que se extienden en las partes superiores de sus múltiples pórticos y columnas.





Es desde la escalinata del edificio más destacado del cuadrángulo que se hace el espectáculo de luz y sonido por las noches. Desde ese punto, se divisan todos los edificios notables del sitio. Es en la noche que el nicho del adivino se yergue con majestuosidad dominando el sitio… nos hace pensar en lo impresionante que sería ver a los sacerdotes dirigiéndose a la población desde ese punto, aprovechando también la perfecta acústica que ofrecen los edificios del conjunto.


Adicionalmente Uxmal ofrece otras construcciones destacadas, como el edificio de las Tortugas o como sus múltiples juegos de Pelota.




Es aquí donde se concluye esta ruta. Nos podemos quedar en la noche después del espectáculo, sintiendo la paz de esas grandes moles dominando el horizonte y recordándonos lo grandiosa que fue la enorme y nunca suficiente admirada Cultura Maya.


“Come, come para que tengas pan;
bebe, bebe para que tengas agua.
Ese día, polvo cubrirá la Tierra;
ese día, una plaga cubrirá la faz de la Tierra;
ese día, una nube se alzará;
ese día, un hombre fuerte se apoderará de la Tierra;
ese día, las casas caerán en ruinas;
ese día, el tierno follaje será destruido;
ese día, habrá tres signos en el árbol;
ese día, tres generaciones penderán de él;
ese día, será izado el estandarte de la batalla
y [los hombres] se dispersarán por el bosque”.

                                                         Chilaam Balam.

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