Recomendación del mes: “El Péndulo de Foucault” de Umberto Eco.
Corría la segunda década del siglo XIV, cuando el Gran Maestre de los Caballeros del Templo del Rey Salomón, Jaques de Molay, es quemado vivo enfrente de la Catedral de Notre Dame por orden del Rey Felipe IV “El Hermoso” con el aval y la complicidad del Papa Clemente V, bajo la acusación de sacrilegio contra la Santa Cruz, simonía, herejía e idolatría.
La historia oficial habla del crecimiento de la Orden del Temple desde aquellos antiguos y gloriosos días en que ayudó a occidente en la ocupación de tierras santas, así como de su acelerado crecimiento económico, de su relación con extraños mitos de origen asiático y de su molesta intromisión como un poder adyacente a la Iglesia y del Estado.
Pero esto es lo que todo mundo sabe... y es apenas la punta del Iceberg.
Tres personajes, un estudiante de Doctorado y dos editores amantes de la simbología y los juegos del intelecto, tienen elementos suficientes para sospechar que con el conjuro vomitado por Jaques de Molay el día de su inmolación, no terminaba la historia. Varios elementos los llevan a pensar que el gran Plan de los Templarios apenas inicia el día de la desaparición de la Orden… ¿qué sabían los Templarios que podría justificar hasta su propia desaparición?
Novela apasionante, mordaz y satírica… el proyecto de investigación sobre los Templarios empieza a ramificarse hacia caminos insospechados: desde España hasta Medio Oriente; desde los Jesuitas, los Caballeros Rosacruces hasta las órdenes Masónicas; desde la Edad Media hasta nuestros días. Los símbolos son múltiples y están en cualquier punto hacia donde dirigimos la vista. La búsqueda del peculiar equipo se va volviendo frenética… lo que era un escape de la realidad se convierte en el pretexto de la vida misma.
Sin embargo, hay un halo obscuro que rodea al proyecto… intereses demoniacos son advertidos de la existencia del Plan, y no se pueden quedar estáticos. Desde su enfoque anti-esotérico y profanando la simbología de los burlonamente denominados “diabólicos”, el grupo está removiendo la ceniza de la hoguera de Molay… sin darse cuenta que está escarbando demasiado profundo.
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