Recuerdos de Yucatán
Yucatán es sin duda alguna una joya de México... y para muestra un botón.
La expedición de 3 viajeras (Anita, Mamá y Chela), con un agregado cultural (servidor) hacia zonas recónditas de nuestro pasado fue algo Mágico.
Ya en posteriores publicaciones nos tocará compartir con la comunidad las coordenadas de cada uno de los puntos que visitamos, empezando desde Mérida y a lo largo y ancho del estado, cubriendo la ruta Puuc en el sur (Labná, Sayil, Kabá y la magnífica Uxmal), hasta Celestum en la costa, la parada obligada en la gran Chichén Itzá... así como una infernal escala en la bella Valladolid (en medio de una temperatura de 42°) ... capital de la deliciosa Cochinita Pibil y con su cenote incrustado en medio de las calles, a dos cuadras del centro.
La ruta no se quedó ahí... pasando por la impresionante ciudad Maya de Edzná. Llegamos hasta la ciudad de los piratas: Campeche, donde todavía se encuentra el espíritu de Lorenzillo reclamando sus tesoros perdidos.
Más allá de un terrible dolor de barriga ocasionado por una sobredosis de comida Yucateca del primer día, el viaje fue memorable... Yucatán (al igual que Campeche) es el estado que invita a regresar, y más cuándo uno descubre el sinfín de cosas que todavía nos quedaron por recorrer.
La expedición de 3 viajeras (Anita, Mamá y Chela), con un agregado cultural (servidor) hacia zonas recónditas de nuestro pasado fue algo Mágico.
Ya en posteriores publicaciones nos tocará compartir con la comunidad las coordenadas de cada uno de los puntos que visitamos, empezando desde Mérida y a lo largo y ancho del estado, cubriendo la ruta Puuc en el sur (Labná, Sayil, Kabá y la magnífica Uxmal), hasta Celestum en la costa, la parada obligada en la gran Chichén Itzá... así como una infernal escala en la bella Valladolid (en medio de una temperatura de 42°) ... capital de la deliciosa Cochinita Pibil y con su cenote incrustado en medio de las calles, a dos cuadras del centro.
La ruta no se quedó ahí... pasando por la impresionante ciudad Maya de Edzná. Llegamos hasta la ciudad de los piratas: Campeche, donde todavía se encuentra el espíritu de Lorenzillo reclamando sus tesoros perdidos.
Más allá de un terrible dolor de barriga ocasionado por una sobredosis de comida Yucateca del primer día, el viaje fue memorable... Yucatán (al igual que Campeche) es el estado que invita a regresar, y más cuándo uno descubre el sinfín de cosas que todavía nos quedaron por recorrer.
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